domingo, 29 de abril de 2007

-Dome- Renacentismo actual por los dos Royo -

Luis ROYO Rómulo


Dome, bóveda en inglés, es el titulo del libro que recoge un reportaje visual con fotografías e ilustraciones del último gran reto que el autor, Luis Royo, ha llevado a cabo: ¡pintar un fresco sobre una cúpula de 80 metros cuadrados en un lujoso castillo de Moscú!

Una aventura real donde los autores se convierten en los protagonistas de la historia. Una odisea de más de tres meses para conseguir plasmar en una inmensa cúpula toda la sensualidad femenina, voluptuosidad, elegancia y deseo característicos de las creaciones de Luis Royo.

El artista Aragonés, Luis Royo, con la ayuda de su hijo, otro artista, el pintor Rómulo Royo, concentran en Dome los frutos de todo un auténtico reto, un encargo de un fan multimillonario moscovita.

"A nosotros, Luis, nos queda relativamente poco tiempo de vida. Hay que empezar a pensar en hacer algo que quede para siempre". Se lo decía en marzo pasado un ciudadano ruso al artista aragonés Luis Royo durante una comida en un restaurante de Barcelona.
Y se lo comentaba después de hacerle la oferta de su vida, una propuesta que sabía que no podía rechazar: pintar una cúpula de 80 metros cuadrados en un lujoso castillo que se está construyendo en Moscú. La oferta partía de un multimillonario ruso que, por el momento, permanecerá en el anonimato. El dinero y las facilidades para desarrollar el trabajo no iban a suponer ningún problema; de eso casi ni se habló. Se trataba simplemente de saber si Luis Royo estaba dispuesto a subirse a un andamio a varios metros de altura y trabajar durante meses en una obra que plasmara para siempre su particular universo. Y aceptó.
Durante más de tres meses, Luis y su hijo Rómulo han trabajado codo con codo, mañana, tarde y casi noche, con obsesivo afán perfeccionista, en la decoración de la cúpula: un aluvión de cuerpos femeninos, llenos de erotismo, morbidez y provocación.

A Luis Royo no le asustan los retos, más bien le estimulan. Eso es algo que conocen muy bien los miles de seguidores de su obra en todo el mundo, pero pintar en persona un fresco sobre una cúpula de 80 metros cuadrados en Moscú cobra más bien el significado de aventura.
Una tarea titánica sin precedente entre los ilustradores de ficción contemporáneos.


"Al principio dije que no. Me asusté -recuerda ahora Luis Royo-. Pero poco a poco la idea me fue enganchando. El proyecto era bonito, pero excedía las posibilidades de un solo artista. Hablé con mi hijo Rómulo para ver si compartía el reto. Hace años colaboró conmigo, pero ya hace mucho que lleva su propia carrera artística, por derroteros muy distintos a los míos. Le gustó la idea, pero pidió que desarrolláramos un concepto clásico".
"Lógicamente, admiro la obra de mi padre -señala Rómulo Royo-. Él ha creado un mundo, una forma de representar héroes y heroínas, y lo ha hecho también con una técnica muy particular, de una forma que sólo emplea él. Cuando yo me dedicaba a la ilustración tenía una gran influencia de su trabajo. Luego, cuando me llamó la pintura, me fui por otro lado. Pero siempre he admirado ese mundo".


Viajaron a Moscú para ver sobre el terreno en qué consistía el proyecto. El edificio se está construyendo en las afueras de la ciudad, en una de las zonas más de moda de la capital. Es, en realidad, una especie de castillo, un colosal edificio de piedra.
El mecenas admira desde antiguo la obra de Luis Royo y reservó para él la cúpula de uno de los salones principales del castillo. Sobre el terreno percibieron que el trabajo iba a ser duro, muy duro. Pero aceptaron."No era cuestión de dinero -subraya Luis Royo-, sino de las características de la obra. Ya no se hacen encargos así. En realidad, lo que se nos ofrecía era vivir en pleno Renacimiento durante unos meses".
La cúpula tiene un círculo central y ocho segmentos o cuarteles que lo rodean. Luis y Rómulo Royo elaboraron bocetos para los nueve elementos de la cúpula, con un programa iconográfico que recorre los principales arquetipos del erotismo. Todas las figuras enlazadas con la cúpula central, presidida por una figura femenina que lanza flores al espectador. Todo con un toque moderno (cuerpos tatuados y con piercings) y un concepto clásico, ya que abundan los bodegones y motivos vegetales.
"Estuvimos pensando en la posibilidad de pintar al fresco, como en la antigüedad, pero finalmente lo desestimamos", relata Luis Royo. Y Rómulo añade: "Preferimos pintar con óleo, y preparamos antes el yeso para que la pintura penetrara bien en él. Dadas las condiciones climáticas de Moscú, con esos fríos intensos durante buena parte del año, no queríamos que la pintura fuera una capa superpuesta a la cúpula, sino que se integrara perfectamente en ella para que resistiera mejor los cambios de temperatura. En realidad, lo que hicimos fue emplear una técnica antigua, pero con las facilidades que dan los instrumentos y materiales de ahora".


Prepararon bocetos de 1 por 1 metro, los llevaron a Rusia, gustaron al mecenas y en septiembre pasado empezaron a trabajar en la cúpula propiamente dicha. "Tuvimos todo tipo de comodidades, desde casa con chófer hasta operarios que movían las luces o reformaban los andamios -recuerda Luis Royo-, pero aún así el trabajo fue muy exigente en el aspecto físico, especialmente con la columna y el cuello. Empezábamos a las 8 de la mañana y parábamos alrededor de las 8 de la tarde. Hacíamos vida casi monacal, y aunque alguna vez visitamos alguna exposición en Moscú, la mayoría de los días nos quedábamos en la casa, hablando, discutiendo. Ha sido una experiencia única. A mí me gusta mucho ir al taller que tiene mi hijo en Barcelona y curiosear qué es lo que está haciendo, ver cómo indaga y busca cosas nuevas, que nunca se me hubieran ocurrido a mí. Pero estar tres meses juntos las 24 horas del día, hablando de pintura y arte en general, y de la cúpula que estábamos realizando en particular, ha sido una experiencia fabulosa. Las tertulias que hemos hecho allí, incluso las discusiones sobre el enfoque que debíamos dar a nuestro trabajo, han sido muy enriquecedoras". Una experiencia verdaderamente renacentista, en pleno siglo XXI."Entramos en el castillo de Moscú en septiembre y hemos venido en Navidades -apunta Rómulo Royo-. Sólo nos tomamos un descanso de tres días, y volvimos a España, porque no podíamos más. Como experiencia, es algo increíble, pero absolutamente agotador. Y, además, te obliga a suspender todo lo que tengas en marcha. Yo he tenido que retrasar dos exposiciones a las que me había comprometido, y después de la paliza en Moscú intento ahora recuperar el tiempo perdido aquí. Un proyecto apasionante, pero no lo puedes convertir en tu forma habitual de trabajar".


Y es que, cuando acabaron el trabajo y se retiraron los andamios, el resultado fue espectacular. Todos los que entraban en el salón enmudecían de asombro. "Pintar una cúpula no tiene nada que ver con hacer una ilustración en tu mesa de dibujo -asegura Luis Royo. Una cúpula es, en realidad, una arquitectura falseada, y las dimensiones engañan mucho. Uno vive el trabajo de creación dentro de una perspectiva que no existe, que no es la que va a tener el espectador de la obra. Por eso, hasta que no se retiran los andamios y contemplas la pintura, no sabes cuál es el resultado final. Estamos contentos. Hemos conseguido 45 figuras femeninas en la obra y darles un sentido a todas. Y la cúpula es erotismo puro".El mecenas ruso ha quedado también muy satisfecho, incluso les ha pedido ya que pinten frescos en algunas paredes. De momento, padre e hijo prefieren retomar sus proyectos personales, cumplir con los compromisos que habían adquirido. "El castillo estará acabado en 2008. Si puede esperar a tener los frescos un año o año y medio...".
En resumen, en este libro se comprueba que los dos Royo son todos unos artistas, capaces de lograr superar retos como este, que no todos los artistas hubieran afrontado, y con un resultado espectacular, asombroso y perfecto.

1 comentario:

Kate dijo...

Konnichiwa! Joo que blog más xulo tas exo, al mio le cuesta arrancar ¬¬
Weno te pongo un comentario qe se qe tara ilu. Muy interesante lo de Luis Royo -Dome-. Como ya te dije por aquel entonces: un poco torti.. ;)
Weno, espero que sigas poniendo entradas de arte como hasta ahora porque ta muy interesante. Ja ne!